Similitudes entre Budismo y Cristianismo

Mi buen amigo Sergio, el director de esta revista, me ha pedido que escriba un artículo sobre las semejanzas entre el Cristianismo y el Budismo. Quiero decir que este artículo me sobrepasa y que estoy seguro de que lo que voy a escribir estará incompleto, pues hay muchísimas similitudes entre estas dos religiones que no puedo llegar a matizar en este pequeño artículo. Me anima a hacerlo, el ver que puede traer beneficios para un mutuo intercambio entre estas dos maravillosas religiones que tanto tienen que aportar al mundo. Hoy en día, es más necesario que nunca un acercamiento entre lo Occidental: la mayoría de los países Occidentales son de tradición Cristiana; y lo Oriental: muchos países Orientales siguen una tradición Budista. De este acercamiento sólo puede venir, un enriquecimiento mutuo y una mejor comprensión de los unos y de los otros.

El deseo de Dios y la búsqueda de la felicidad eterna:

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 27: “ El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios, y Dios no cesa de atraer al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar”.

Según el Budismo, todos los seres tienen en su interior la semilla de la Iluminación o Budeidad, que nos lleva a querer ser felices. Reconocer que tenemos sufrimiento y queremos ser felices, pero no sólo a corto plazo, sino para siempre. Este querer ser felices y aprender cuáles son las causas de la felicidad y cuáles las del sufrimiento, es el comienzo del camino.

El Amor Universal:

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, párrafo 27: “La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la comunión con Dios. El hombre es invitado al diálogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por Amor, es conservado siempre por Amor; y no vive plenamente según la verdad si no reconoce libremente aquel amor y se entrega a su Creador”.

Dice S.S. el Dalai Lama que “Si se entiende a Dios como Amor, y nos acercamos a Él, necesariamente nosotros también desarrollaremos ese Amor”, que es el mismo al que se refiere el Budismo. En el Budismo se medita en la impermanencia, la muerte, la interdependencia y llega a surgir una percepción de que no existe un yo al que aferrarse, y así surge una compasión y amor por todos los seres sin excepción. Matthieu Ricard, monje Budista Francés de gran prestigio internacional, en el libro “El monje y el filósofo”, escribe: “Si por Dios se entiende la verdad absoluta, la realidad última del Ser, el Amor infinito, entonces las diferencias entre Cristianismo y Budismo son sólo una cuestión de palabras”

Los 10 Mandamientos en el Cristianismo y las 10 Acciones Virtuosas del Budismo:

El primer Mandamiento dice: Amarás a Dios sobre todas las cosas.

En el Budismo uno se compromete a Tomar Refugio en Buda, Darma y Shanga todos los días y no apoyarse en Dioses mundanos.

El segundo Mandamiento es: No tomarás el nombre de Dios en vano.

En el Budismo nos comprometemos a respetar cualquier representación de Buda, su palabra o escrituras derivadas de Él, y las representaciones de su mente que son las Estupas.

El tercer Mandamiento es: Santificarás las fiestas.

En el Budismo hay días de celebraciones conocidos como Tsog, dónde se debe evitar sotre todas las cosas discutir y causar desunión.

 El cuarto Mandamiento es: Honrarás a tu padre y tu madre.

En el Budismo se consideran fundamentales el padre y la madre y mostrar agradecimiento y respeto hacia ellos.

El quinto Mandamiento es: No matarás.

Es lo mismo en el Budismo.

El sexto Mandamiento es: No cometerás actos impuros.

En el Budismo se habla de no tener una conducta sexual incorrecta, como por ejemplo ser infiel a tu mujer o marido.

El séptimo Mandamiento es: No hurtarás.

Es lo mismo en el Budismo.

El octavo Mandamiento es: No dirás falso testimonio ni mentirás.

Es lo mismo en el Budismo.

El noveno Mandamiento es: No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

En el Budismo es no tener intención dañina hacia los demás seres.

El décimo Mandamiento es: No codiciarás los bienes ajenos.

En el Budismo se considera erróneo cualquier tipo de avaricia.

Estos 10 Mandamientos se encierran en dos: Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. En el Budismo Majayana se encuentra la figura del Bodhishatva que es la persona que sigue las enseñanzas de Buda y se entrega con el cuerpo, palabra y mente, al beneficio de todos los demás seres. Únicamente un Bodhishatva entregado a los demás, puede alcanzar la Iluminación o Budeidad, por tanto el Budismo Majayana es altruista y no busca únicamente la propia felicidad.

Cargar nuestra cruz y el Tong-Len:

Todo Cristiano tiene que cargar con su cruz, con sus responsabilidades y sufrimientos, y tratar de brindar a los demás su ayuda y entrega, de forma que puede aportar a los demás armonía, amor y entereza, así como también puede mostrar el mensaje de Cristo, el Hijo de Dios, a los que le rodean. Cristo cargó con su Cruz y murió incluso en la Cruz, para beneficio de todos, perdonando hasta el final el daño que le hacían sus enemigos.

En el Budismo Majayana se practica una técnica de meditación que es conocida como el Tong – Len, (tomar y dar), que consiste en meditar y visualizar a cualquier persona, amiga, enemiga o neutral, y desarrollar una actitud de absorber su sufrimiento en forma de luz negra, que llega hasta nuestro corazón por las vías respiratorias, y en él se transforma en luz blanca que sale por nuestras vías respiratorias, y llega a estas personas objeto de meditación, aliviándolas de todo sufrimiento y proporcionándoles la mayor felicidad y causas de la felicidad.

Se dice que seres espiritualmente realizados, al ritmo de su respiración, toman el sufrimiento y lo transforman en felicidad realmente y no sólo en meditación.

La muerte, una puerta a la felicidad:

Según el Cristianismo y en función e nuestros actos anteriores, en el momento de la muerte podemos llegar al Reino de los Cielos y resucitar a la vida eterna. Algunos podrán estar cerca de Dios y otros lejos, en función de sus actos, pero lo que está claro es que una persona que tenga confianza en Cristo o la Virgen se verá arropada y cuidada por ellos.

Según el Budismo, en el momento de la muerte y dependiendo de nuestro karma, que viene determinado por las acciones pasadas, hay una oportunidad excelente para alcanzar la Iluminación o Budeidad. Es un momento en que podemos reconocer la mente de luz clara madre, o bien un poco después, reconocer a nuestra divinidad y fundirnos con ella.

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